lunes, 30 de noviembre de 2020

ANALISIS DEL FENOMENO POLITICO ACTUAL, HABRAN CAMBIOS Y RECONCILIACIONES EN LAS FAMILIAS HONDUREÑAS DE NUEVO, SE AVECINA UN NUEVO PROCESO POLITICO CON NUEVAS LEYES Y NUEVAS INSTITUCIONES.

Uno de los países latinoamericanos que tuvieron una serie de conflictos en las elecciones generales del 26 de noviembre de 2017 y que se siguen arrastrando y seguramente continuarán a corto, mediano y largo plazo su incremento es Honduras. De hecho el país centroamericano ha vivido una situación que ha llamado la atención en el concierto de los procesos políticos electorales latinoamericanos.

El caso hondureño es un caso paradigmático en la región, así se manifestó en las elecciones generales que se disputaron hace unos meses. Enclavado en el centro del Istmo centroamericano, Honduras es un país neurálgico del área centroamericana. El espacio físico del país centroamericano por su mismo emplazamiento de tener fronteras con Guatemala, El Salvador y Nicaragua y encontrarse a una distancia muy corta de Cuba, y tener acceso al mar Caribe y al océano Pacífico por el Golfo de Fonseca, le imprime a su territorio un carácter estratégico. Asimismo, el espacio marítimo, terrestre y aéreo de esa nación se ha convertido en una plataforma de ocupación por parte de los marines estadounidenses quienes siguen presentes en las bases militares de Palmerola y Trujillo. 

Lo que a su vez muestra que la política intervencionista del gobierno de los Estados Unidos de América, militarmente no ha salido de la región centroamericana y caribeña. Por el contrario, se han implantado de manera permanente para actuar cuando la Casa Blanca, hoy ocupada por el impredecible y delirante presidente Donald Trump, lo decida de acuerdo a sus intereses estratégicos. A la par de ello, también el espacio aéreo y marítimo de Honduras es una ruta recurrente y de escala del narcotráfico procedente de Colombia, así como de abrigo para el trasiego de drogas a países como México y EU. Escenario que no es nuevo, es una expresión de hace ya bastantes años. Conviene recordar los tiempos  del conflicto centroamericano en las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX, el territorio hondureño se convirtió en lo que llamó el maestro Gregorio Selser, una especie de portavión estadounidense en el istmo centroamericano.

En Honduras, la mayoría de la población vive en situación de pobreza. De tal manera que de acuerdo con algunos estudios económicos un 45 por cierto se ubica bajo el umbral de la miseria. Situación que significa que extensos núcleos familiares subsisten con un dólar al día. Lo que representa que una diversidad de grupos carecen de una alimentación regular en los llamados tres tiempos reglamentarios. 

Esta situación hace contraste con el hecho de que únicamente un cinco por ciento de su población se ubique en los sectores más privilegiados. Estructura social que muestra que la mayor parte de los recursos económicos y sociales se concentren en unas pocas manos. Asimismo estos grupos sociales con mejores privilegios, cuentan comparativamente frente al sector de menos ingresos, con una gran capacidad económica y son materialmente los propietarios del territorio nacional, detentando el poder político, a través de su “clase política gobernante”. 

En el momento actual del llamado fraude electoral en Honduras, el ex candidato presidencial de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla, denunció que uno de los motivos centrales de no querer dejar la presidencia Juan Orlando Hernández (JOH), es por  su involucramiento con el narcotráfico. Así, para no enfrentar la posibilidad de ser enjuiciado por sus vínculos con el crimen organizado, señala Nasralla, el presidente Hernández se aferra al poder junto con la cúpula de los principales actores del gobierno hondureño y del Partido Nacional.

En las elecciones hondureñas, a diferencias de otras de la región latinoamericana, como las de Chile(17 de diciembre de 2017) o Costa Rica (4 de febrero de 2018), no existe una segunda vuelta. Esto es, gana el candidato que sume la mayoría de votos independientemente de los que acudan a votar. Así, la disputa electoral se resolvería tendencialmente si todo hubiera sido normal el mismo domingo 26 de noviembre. Recordemos que en esas elecciones también se eligieron a la par de la disputa presidencial la representación de 128 diputados (pero hubo 92 candidatos que también apostaron por la reelección). 

 


 

Honduras: un país en crisis y un presidente en apuros

En 2017, Juan Orlando Hernández logró una controvertida reelección en Honduras. Su estilo autoritario, mezclado con corrupción y una política de austeridad, ha sumido al país en una crisis.

La crisis comenzó con dos decretos sobre la política de educación y de salud en abril. Desde entonces, una avalancha de protestas está arrinconando cada vez más al presidente Juan Orlando Hernández. Según los analistas, las perspectivas de que se estabilice la situación en el país centroamericano son sombrías. "No hay luz al final del túnel", escribe Juan Ramón Martínez en el periódico hondureño La Tribuna. "Incluso si se logra pacificar a los maestros y médicos en huelga, surgen nuevos grupos con nuevas demandas". El escritor democristiano está preocupado por la insatisfacción dentro de la Policía y las críticas del conservador Partido Nacional de Hernández. Gerardo Martínez, vicepresidente de la Asociación Libertad y Democracia, ve otro problema en el estilo de gobierno autoritario de Hernández. Impone sus planes sin diplomacia y no siempre en armonía con la legalidad y la democracia.

La Conferencia Episcopal se sumó recientemente a esta crítica: "Si cada problema deriva en conflictos como el que ahora estamos viviendo, acerca de los sistemas de salud y de educación, y si cada conflicto es manejado con la misma ineficiencia, las consecuencias pueden hundir a Honduras en una crisis muy difícil de superar", advirtieron los obispos en un comunicado inusualmente contundente.

Martínez ve el único apoyo para Hernández en el hecho de que tanto los militares como el gobierno de Estados Unidos apoyan al jefe de Estado.

El viernes (21.06.2019), Hernández recibió demostrativamente a soldados de la marina estadounidenses en la base aérea de Palmerola, en las afueras de la capital, Tegucigalpa, que deben ayudar a combatir a las pandillas de narcotraficantes. En esa ocasión, Hernández anunció la movilización de las fuerzas de seguridad en todo el país para detener el vandalismo y derribar los bloqueos en las carreteras.

Duros recortes sociales

Las protestas se desencadenaron por los decretos PCM 26 y 27 para los ministros de Educación y de Salud. A los dos se les dio mano libre para la reestructuración de sus sectores, que los funcionarios públicos consideraron como una carta blanca para recortes brutales, despidos por motivos políticos y privatizaciones. A sus protestas se unieron campesinos, taxistas y camioneros, cada uno con sus propias reivindicaciones, y hace unos días algunos sectores de la policía, incluidas las tropas de élite, que exigían uniformes, dinero de la gasolina y vacaciones, todo lo que les correspondía de todos modos. La consecuencia fueron protestas en las calles, barricadas, policía enmascarada, incendios ante la embajada de EE.UU.

Sin embargo, el trasfondo de la crisis se remonta a mucho más tiempo atrás. El opositor de Hernández es el político de izquierda Manuel Zelaya, quien fue destituido como presidente en 2009 por empresarios, militares y políticos del Partido Nacional y que desde entonces ha buscado la revancha. Desde entonces, el Partido Nacional gobernó el país, primero con Porfirio Lobo y luego con Hernández, quien está en el poder desde 2014. Los círculos conservadores ven en Zelaya un comunista y hacen todo lo que pueden para evitar su retorno al poder. "Esta es la dicotomía en la que se encuentra el país", dice Martínez. Hernández fue reelegido en 2017. Según los observadores, las elecciones, las votaciones y el escrutinio fueron dudosos. Empezando por la prohibición de reelección plasmada en la Constitución, que Hernández había violado comprando votos en el Congreso y controlando a la Justicia.

EE.UU. apoya a Hernández

"Mientras EE.UU. y los militares lo apoyen, el cambio no está a la vista", cree el periodista Noé Leyva. Para EE.UU. es un aliado fiel. Hernández, cuyo hermano se encuentra acusado de tráfico de drogas en Estados Unidos, dio carta blanca al ejército y a las autoridades antidrogas estadounidenses. Tampoco se opone a la dura acción de Estados Unidos contra los migrantes, muchos de ellos de Honduras. Desde la perspectiva del Gobierno de Estados Unidos, Hernández no sólo es un político confiable, sino también un político exitoso que sigue un curso neoliberal y favorable a los negocios. Bajo su liderazgo, la economía creció un promedio del 3,5 por ciento anual, reduciendo el déficit presupuestario del 7,9 al 1,2 por ciento del Producto Interno Bruto. Gracias a las altas inversiones en seguridad, la tasa de homicidios se redujo de 87 por cada 100.000 habitantes en 2011, a 44.

Para la población, sin embargo, poco ha cambiado. Más de la mitad de los hondureños no tienen empleo; cerca del 60 por ciento son pobres. Los vendedores ambulantes critican los altos precios de electricidad y transporte y el dinero de protección, que tienen que pagar a las pandillas juveniles. La corrupción y la impunidad socavan las instituciones. El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) habla de una "economía que crece y empobrece".

La Conferencia Episcopal ve al país en una encrucijada: "Una Constitución violada cuantas veces convenga, unos poderes que no son para nada independientes, un Congreso que se ha convertido en un teatro de pésimos actores, dándole la espalda al pueblo. ¡Basta ya!", resume el comunicado de la Conferencia Episcopal de Honduras.












Convocatoria a elecciones primarias en Honduras vaticina nueva crisis política. 


La convocatoria a elecciones primarias por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), este domingo en Honduras, ha vuelto a poner en escenario una nueva crisis política por la no aprobación de una nueva Ley Electoral que establezca las reglas del juego de los comicios de 2021.

El ente electoral, constituido por las tres principales fuerzas políticas (Partido Liberal, Partido Libertad y Refundación y Partido Nacional), convocó la noche de este domingo a elecciones primarias a desarrollarse el domingo 14 de marzo de 2021 para que los partidos elijan a los candidatos de elección popular en cuatro niveles electivos: presidencial, alcaldías municipales, diputaciones al Congreso Nacional y Parlamento Centroamericano.




Los candidatos o candidatas que resulten electos en las elecciones primarias representarán a sus partidos políticos en las elecciones generales del domingo 27 de noviembre de 2021.

En medio de la crisis sanitaria por Covid-19, la convocatoria ha generado rechazo en varios sectores de la oposición política en virtud que el Congreso Nacional no aprobó la nueva Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, pese a que la normativa era la garantía para una convocatoria transparente que evite fraudes electorales como los registrados en el pasado.

A raíz del fraude electoral de 2017 mediante el cual el actual jefe de gobierno, Juan Hernández, violentó los artículos pétreos de la Constitución que impiden la reelección presidencial, Honduras vivió una crisis política que superó la del golpe de Estado de 2009. Ante esta situación la comunidad internacional, urgió la aprobación de una nueva Ley Electoral. Asimismo, un nuevo Censo Nacional Electoral y la emisión de una nueva tarjeta de identidad para evitar que personas fallecidas y migrantes estén habilitados para ejercer el sufragio como ha ocurrido en el pasado.

Ante la incertidumbre por la no aprobación de la nueva Ley Electoral, el líder del recién creado Partido Salvador de Honduras, Salvador Nasralla, pidió que la convocatoria se atrasara por dos semanas hasta lograr que el Congreso Nacional, controlado por el oficialista Partido Nacional, aprobara la normativa con base a acuerdos políticos.

La misma petición de Nasralla, fue planteada por el Partido Innovación y Unidad-Social Demócrata (PINU-SD), aunque sin plantear términos de tiempo, pues su planteamiento era que la convocatoria se hiciera hasta que se aprobara la nueva ley.

Por su parte el presidente del Partido Liberal, Luis Zelaya, convocó a elecciones primarias a los movimientos internos de esa institución política acatando la convocatoria del CNE, sin embargo, el diputado Mario Segura presidente de la Comisión de Dictamen de la nueva Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas,  advirtió la semana pasada que esa institución partidaria se retiraría de la discusión de la ley en el Congreso Nacional si no se aprueba la segunda vuelta electoral.

Para la concejal del CNE, Rixi Moncada, quien presidió ese órgano hasta el 10 de septiembre, la convocatoria de esta noche es inconstitucional e ilegal y debe anularse porque se basa en el censo del fraude de 2017, que está lleno de fallecidos y migrantes y que se ha reportado miles de inconsistencias

Moncada no acompañó la convocatoria a elecciones, “porque convocar con el censo 2017 equivale al primer acto del fraude electoral que se prepara el año 2021 y por lo tanto no acompañaré ninguna convocatoria ilegal e inconstitucional este día”, dijo la funcionaria electoral en horas de la mañana a la radioemisora HRN.


Publicación en La Gaceta

La convocatoria a elecciones ya es ley pues fue publicada en el diario oficial La Gaceta el sábado 12 de septiembre, con base a una resolución aprobada en sesión extraordinaria el 2 de septiembre por unanimidad por los tres concejales del Consejo Nacional Electoral, Rixi Moncada, en su condición de presidenta y los concejales, Ana Paola Hall y Kelvin Aguirre.

Moncada, quien entregó la presidencia del CNE a Ana Paola Hall, firmó la resolución de la convocatoria mientras en el Congreso Nacional se suponía se iba a aprobar una nueva Ley Electoral. Según los acuerdos, la aprobación se esperaba para el 10 de septiembre y su publicación en La Gaceta el 11 de septiembre para hacer la convocatoria el 13 de septiembre, confesó Moncada.

Sin embargo—dijo Moncada—“el Partido Nacional se retiró de los concesos y hubo una trampa y un engaño. Pese a que firmó el dictamen de la nueva ley, después anunció que la aprobación se haría artículo por artículo”, cuando inicialmente se había acordado de que se haría en una sola discusión.

Para la funcionaria electoral, el centro de la convocatoria era el artículo 324 que establece la entrega del censo provisional por parte del proyecto Identifícate del Registro Nacional de las Personas al CNE el 30 de noviembre y la entrega el 5 de diciembre por parte del CNE a los partidos políticos.


Nulidad

El 3 de septiembre pasado el abogado, René Adán Tomé, presentó un escrito ante la Corte Suprema de Justicia, para exigirle a ese poder del Estado que resuelva el amparo presentado contra la declaratoria de elecciones de 2018. Tomé señaló que, si no se resuelve el amparo, la convocatoria a elecciones de este domingo será nula.

Lo anterior refleja que alrededor del proceso electoral de 2021 hay una barrera legal que aún no se ha superado.

Investigación

Salvador Nasralla y el diputado, Luis Redondo, han pedido se investigue a los concejales del CNE por haber publicado la resolución de la convocatoria de las elecciones el sábado 12 de septiembre, un día antes de lo que establece la ley para la convocatoria.

Al respecto el abogado, Rodil Rivera Rodil, dijo a CRITERIO.HN dijo que no existe nulidad alguna porque lo que han hecho los funcionarios del CNE es publicar en el diario oficial La Gaceta una resolución que establece una fecha para la convocatoria a elecciones que ya está establecido en ese mismo documento.

 

Nueva crisis política

Más allá de la legalidad de la convocatoria, Rivera Rodil, presagió que en Honduras se avecina una nueva crisis política que se podría complicar aún más por las circunstancias actuales derivadas de la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19.

A juicio del profesional de derecho, la génesis de la crisis estriba en la falta de aprobación de las reformas electorales y porque las que se están discutiendo no contienen la reforma fundamental que representa la segunda vuelta electoral, algo que a su juicio es fundamental desde que en el 2013 se rompió el bipartidismo, conformado por los partidos Liberal y Nacional, con el surgimiento del Partido Libertad y Refundación.

La crisis política podría desembocar en protestas populares iguales o superiores a las de 2017. Nadie sabe y no hay mayor riesgo que el provocar a un pueblo, sobre todo como está de crispado no solo por la situación política sino también por la pandemia, apuntó.

Rodil Rivera Rodil no descarta que exista una crisis provocada por el gobierno e incluso que Juan Hernández podría utilizar las protestas como excusa o pretexto para suspender las elecciones. “Ya sabemos que el gobierno se quiere quedar, que el gobierno de Juan Orlando Hernández no quiere dejar el poder. Tiene su seguridad personal, su libertad en riesgo, sabemos que está dispuesto, como ya lo ha demostrado, a hacer cualquier cosa para quedarse”.






Convocatoria a Elecciones Primarias 2021





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